Antes de salir por la puerta
escribo
para que vean estas paredes
que no temo a su mirada
ni a tu bramido
canturrean las puertas
solfean las ventanas
entona su canto el silencio
y responde el viento represivo
al que tanto
temo
Ayer era alegría, alborozo y complacencia
esta casa
hoy leen evangelios
los libros de los estantes
las cazuelas que con tanto
fervor cocían, se mecen
malamente
no quieren velar el impasse de la cocina
me desafían
quieren volver a la guerra
del fuego, el agua y la vaina
rechazan toda orden
mal dada
derivan en una revuelta
de aquí te espero
no estoy preparada
las miro y las compadezco
yo también quiero la normalidad
instalada en aquellos días dichosos
radiantes, boyantes
prósperos y afortunados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario